Miguel Mihura: Entre risas, sombras y secretos.
Miguel Mihura Santos ( 21 de julio de 1905-Madrid, 28 de octubre de 1977) fue un dramaturgo, historietista, periodista español y cáncer♋. Fue el genio del humor en los escenarios, pero en su vida personal no todo era comedia. Solitario, perfeccionista y con un carácter difícil, Miguel Mihura sorprendió a muchos con su matrimonio tardío, su obsesión por el control y su enigmático paso por la Guerra Civil. Detrás de sus ingeniosas obras, se escondía un hombre lleno de contradicciones. ¿Quieres conocer sus secretos mejor guardados? Aquí te los revelamos. 😏
💥 Un solitario con fama de gruñón.
A pesar de ser el rey del humor en los escenarios, en su vida cotidiana Miguel Mihura no era precisamente la persona más risueña. De hecho, tenía fama de ser bastante huraño y reservado. No le gustaban las multitudes ni el bullicio de los cafés donde se reunían los intelectuales de la época. Prefería la tranquilidad de su casa, donde pasaba horas escribiendo, leyendo y, según se dice, en compañía de su gato.
Quienes lo conocieron de cerca aseguran que tenía un humor ácido y que no era fácil caerle bien. Si algo no le gustaba, lo decía sin rodeos. No era de los que se reían por compromiso. Vamos, que si te daba su aprobación, sabías que iba en serio.
💔 ¿El eterno soltero?
Durante años, Mihura parecía destinado a la soltería. No se le conocieron grandes romances ni fue un hombre de vida bohemia y conquistadora, como otros dramaturgos de su época. Sus amigos bromeaban con que estaba casado con su máquina de escribir.
Pero… ¡sorpresa! A los 69 años, cuando nadie lo esperaba, se casó con una mujer mucho más joven que él, Rosario Sanz. Esto generó un buen revuelo en su círculo cercano, pues muchos pensaban que Mihura jamás pasaría por el altar. Algunos dicen que fue un flechazo tardío y romántico, mientras que otros aseguran que simplemente no quería enfrentarse a la vejez en soledad. Lo cierto es que su matrimonio duró hasta su muerte, en 1977.
📖 Obsesionado con el control
Si algo caracterizaba a Mihura, además de su ironía, era su perfeccionismo. Era tan meticuloso con sus obras que no soportaba que nadie le cambiara una sola palabra sin su permiso. Se dice que revisaba los guiones con lupa y que no confiaba demasiado en los directores de escena. Si algo no quedaba como él lo había imaginado, lo hacía notar sin ningún tipo de diplomacia.
Este afán por el control hizo que trabajara mejor en solitario y que, a lo largo de su carrera, se enemistara con más de un colaborador. No era fácil estar a su lado cuando el perfeccionismo se convertía en exigencia extrema.
🎭 Éxito profesional, pero… ¿infeliz en lo personal?
Mihura lo tenía todo en el teatro: éxito, reconocimiento y un sello de humor que rompió moldes en España. Pero, en lo personal, algunos dicen que nunca llegó a sentirse del todo satisfecho. Se le veía con frecuencia melancólico, como si el éxito no terminara de llenarle.
Su humor en las obras era irónico, pero también agridulce, lo que muchos interpretan como un reflejo de su propia visión del mundo. No era de los que buscaban la risa fácil, sino de los que utilizaban el humor como una forma de crítica y de escape.
🤐 Un pasado misterioso en la Guerra Civil
Aquí viene uno de los puntos más polémicos de su vida. Durante la Guerra Civil Española, Mihura se alineó con el bando franquista y trabajó en revistas afines al régimen. No fue un intelectual de barricada ni un militante activo, pero sí escribió en publicaciones que apoyaban a los sublevados.
Este detalle generó cierto rechazo en algunos círculos del mundo cultural, sobre todo en la posguerra. A diferencia de otros artistas que tuvieron problemas con la censura, Mihura pudo seguir publicando sin grandes obstáculos, lo que hizo que muchos le miraran con recelo. Hoy en día, algunos lo consideran un escritor que simplemente intentó sobrevivir en tiempos difíciles, mientras que otros no olvidan su vinculación con el franquismo.
Miguel Mihura fue un genio del humor, pero su vida personal estuvo marcada por la soledad, el perfeccionismo y cierta tristeza. Detrás de la risa, había un hombre complejo y lleno de matices. ¿Un incomprendido? ¿Un genio con un carácter difícil? ¡Tú decides! 😉
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